¿Cuáles son los diferentes tipos de soldadura?

Soldadura por arco eléctrico

Esta es la más básica entre todos los tipos existentes. Asimismo, es la más simple de usar y dominar al completo. El proceso de esta soldadura consiste en crear un arco eléctrico entre el metal que quiere soldarse y el electrodo. A partir de este arco se sube la temperatura del metal hasta conseguir que se derrita y unir así las piezas. Su uso suele estar dirigido a la manufactura, la construcción o la reparación.

Soldadura por Gas

Se trata de una técnica bastante simple, barata y popular, aunque su utilización en procesos industriales ha disminuido últimamente. La más conocida es aquella que utiliza la combustión de acetileno en oxígeno, llamada soldadura autógena, que permite alcanzar una llama que supera los 3.200 °C. Sus ventajas principales son su bajo costo y la capacidad de movilidad sus equipos. La desventaja, es el tiempo que tardan los materiales al enfriarse. Es una de las técnicas más utilizadas en trabajos de plomería.

Soldadura TIG

Una de las clases de soldadura que más se emplea para llevar a cabo trabajos delicados. Su dominio requiere de mayor experiencia para obtener resultados efectivos. Emplea gas inerte de tungsteno y aporta resultados de alta calidad que no necesitan demasiado trabajo de limpieza.

Soldadura MIG

Esta clase de soldadura por arco se ejecuta mediante un electrodo consumible y bajo un gas inerte protector de la atmósfera. El electrodo que se usa suele ser de metal y se va consumiendo poco a poco durante la soldadura. El trabajador debe llevar un mejor equipo de seguridad que el habitual, pues lleva a cabo un trabajo más complejo y con metales mayores.

Soldadura MMAW

También se conoce como soldadura metálica manual por arco. Los electrodos que usa son de acero y están recubiertos por un material que al fundirse produce una sustancia que no permite el paso del oxígeno. Al ser un método sencillo, se usa frecuentemente para actividades domésticas de bricolaje.

Algunas recomendaciones en soldadura

Al trabajar con los distintos tipos de soldadura, los soldadores se encuentran expuestos a la corriente eléctrica y a temperaturas elevadas continuamente. Así pues, en el proceso se pueden sufrir accidentes que provoquen quemaduras por contacto o salpicaduras. Y para que esto no suceda, es fundamental que la persona que se dispone a soldar cuente con un equipo de protección adecuado.

Por ello, a continuación, vamos a facilitarte algunas de las recomendaciones que debes tener en cuenta antes de soldar:

 

  • El rostro y los ojos tienen que estar protegidos en todo momento, por lo que se usa una pantalla protectora.
  • Como protección corporal se emplea ropa de manga larga, sin restos de aceite o grasas. Además, se tiene que usar un delantal de cuero, botas de protección que sean aptas para las chipas y restos del metal que se funde. Evidentemente, los guantes no pueden faltar en este proceso.
  • La superficie en la que se vaya a soldar tiene que estar limpia.
  • Para que el resultado sea el deseado, es necesario soldar a determinada velocidad, pues sí se hace demasiado lento es posible que el metal acabe agujereado. Sin embargo, cuando la velocidad es excesivamente rápida, el metal puede no llegar a derretirse, por lo que la soldadura será frágil y delgada.
  • Al finalizar, se puede emplear un cepillo de alambre para limpiar los restos acumulados alrededor de la soldadura. Este cepillo es la mejor opción para asegurar un buen acabado.

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